Este tipo de soluciones funcionan sometiendo a los materiales de embalaje, en este caso al polietileno reciclable retráctil, al calor, con el objetivo de que este se contraiga y se adapte al producto. De este modo, brinda una mayor sujeción y ofrece una mayor protección a los productos, frente al polvo, al agua y otros factores que puedan dañarlos.
Además, gracias al ajuste que ofrecen este tipo de máquinas, se consigue un mejor acabado estético del packaging y se posibilita incluso visualizar el producto en su interior. Por ese motivo, el embalaje con calor es el más recomendado para el cliente final.
También es por el tipo de ajuste que ofrece el film al entrar en contacto con el calor, que estas máquinas son las más recomendadas para aquellos casos en los cuales se embalan piezas con formas irregulares.