La exportación de maquinaria en CMB representa más del 85% de la facturación

La exportación de maquinaria CMB no es algo nuevo. De hecho, ya desde los primeros años de trayectoria de la empresa, su presencia en ferias internacionales de gran prestigio del sector del mueble y la madera, como por ejemplo LIGNA en Hannover (Alemania), le permitieron exportar desde prácticamente sus inicios. Es en los últimos tiempos, desde los años 2017-2018, que la exportación de maquinaria de CMB representa entre el 85% y el 90% de su facturación total.

Es en las ferias internacionales donde CMB abre nuevos mercados y expande la venta de sus máquinas por países de todo el mundo captando nuevos clientes. No obstante, tiene un gran porcentaje de clientes que repiten dada la calidad y la robustez de las embaladoras que fabrica y la buena aceptación que tienen en el mercado. Por este motivo, hay una cantidad importante de clientes que buscan específicamente a CMB cuando necesitan máquinas robustas y fiables, que deban dar respuesta a circunstancias de embalaje complejas que requieren cierto grado de personalización y rendimientos con garantías.

En el año 2022, CMB recibió un encargo de gran envergadura y no solo por el tamaño de la máquina que les pedían: la COOLPACK-150-EXPRESS que fabricasen tenía que cruzar el océano Atlántico hasta llegar a México. Se trataba de un encargo provinente de un cliente mexicano que se dedicaba a la fabricación de muebles de cocina y necesitaba poder proteger sus productos durante el transporte con una capa de film de burbuja y otra de film estirable. Otro elemento imprescindible del encargo, era que la máquina debía consumir el mínimo de energía posible. 

Este encargo llegó a CMB a través de un distribuidor en Estados Unidos: “teníamos un gran reto delante, puesto que hasta aquel momento solo habíamos vendido máquinas de embalaje con calor, con túneles de retracción, en México”, explica Juan Barberan, gerente y propietario de CMB. A pesar de que el mercado mexicano no era nuevo para la empresa, porque ya habían vendido distintas series de ERB, vieron este nuevo encargo como una gran oportunidad de ofrecer a las empresas del país un sistema de embalaje más económico y energéticamente más sostenible con el cuidado del medio ambiente. 

La COOLPACK-150-EXPRESS es el modelo base de este tipo y serie  de máquinas. En CMB se fabrican en grupos de varías unidades, hecho que permite poder entregarlas con mucha rapidez a aquellos clientes que las necesitan. Es un formato de COOLPACK estándar, capaz de dar respuesta a más del 90% de las necesidades habituales de las empresas que tienen este tipo de máquina en sus instalaciones.

En cambio, cuando se dan ciertas condiciones que requieren de un elevado grado de personalización, el modelo que fabricamos desde CMB es la COOLPACK-150 con su amplia gama de opcionales, que ofrece ese punto de flexibilidad necesario para adaptarse a lo que pide el cliente y a los productos que necesita embalar.

Desde hace algunos años que el mercado norteamericano se ha convertido en un fiel cliente de CMB y el 2022 no fue ninguna excepción. “Querían una máquina que les permitiera optimizar recursos y generar menos residuos para reducir su impacto en la huella de carbono. Querían aprovechar el film al máximo posible y a la vez tener la posibilidad de embalar puertas sin tener que preocuparse por la posición de entrada a máquina de las mismas ya que, el suministro de film, se iba a adaptar automáticamente a la dimensión de la pieza que se iba a embalar, tanto “longitudinal como verticalmente”.

Ante este encargo, desde CMB se pusieron manos a la obra para fabricar una de sus máquinas automáticas de la serie COMBO, pero no una COMBO cualquiera. La máquina de embalar resultante medía casi 25 metros de largo y la boca del túnel de retracción era tan grande (tenían que poder pasar puertas en formato longitudinal por su interior) que fue necesario enviarla en dos partes, ocupando dos contenedores de 40 pies cada uno y montarla de nuevo una vez estuvo en Estados Unidos.

En este caso concreto, al tratarse de una máquina con un túnel de retracción que había que montarse in situ con la dificultad que eso conlleva, fueron técnicos de CMB junto con mecánicos propios que tiene el distribuidor de CMB en América del Norte los que se encargaron de hacerlo en conjunto.

Cuando son máquinas modelo EXPRESS, al ser de manejo más sencillo, en la mayoría de ocasiones, es el propio cliente quien puede ponerlas en marcha siguiendo un detallado libro de instrucciones acompañado, si es necesario, de vídeos que desde CMB se les ofrece además de soporte telefónico continuo.

Normalmente, si CMB dispone de un distribuidor preparado en la zona en la que se recibe la máquina, son los mismos técnicos de allí los que se encargan de la puesta en marcha. Es así por una simple cuestión de optimización de desplazamientos y gastos. En cambio, cuando se trata de una máquina compleja que el cliente la compra directamente a CMB sin distribuidor de por medio, los mecánicos que trabajan en Castelldefels son los encargados de hacer los desplazamientos que sean necesarios para ponerla en funcionamiento.

La maquinaria de embalaje que se fabrica en CMB llega a su destino por medios terrestres con camiones o por medios marítimos con barcos. En los ambos casos expuestos anteriormente, fue necesario cargar estas pesadas y enormes máquinas en un barco para que pudiesen llegar a Mexico y Estados Unidos respectivamente. Este proceso no es nada sencillo y debe ceñirse a unos requisitos muy exigentes, ya que de no ser así la máquina se queda en el puerto y no embarca.

Como es lógico, las máquinas deben de viajar dentro de contenedores para poder embarcarlas los barcos que las van transportar. No obstante, no basta con “meterlas” dentro de un contenedor, sino que deben de estar montadas encima de unas plataformas de madera que tienen que estar debidamente homologadas. Esta homologación garantiza que han sido sometidas, entre otras cosas, por ejemplo a un tratamiento de la madera contra bacterias y posibles agentes externos que podrían dañarla.

Una vez estas plataformas llegan a las instalaciones de CMB, se monta la máquina encima. Es muy importante que la máquina esté bien anclada para evitar que se mueva. A continuación, se envuelve completamente con una funda de polietileno especial y reciclable para travesías marítimas. También se colocan sacos de sal dentro de esta funda para evitar la posible oxidación y se pinta la máquina con pintura anticorrosiva en las partes susceptibles de afectación por óxido. 

No es ninguna exageración que se tomen estas medidas puesto que en algunos casos, el contenedor que contiene la máquina puede pasarse hasta cerca de dos meses en alta mar. Finalmente, el último paso consiste en poner la “lacra”, una especie de sello que garantiza que no haya manipulaciones indebidas del producto que se coloca dentro del contenedor. A partir de aquí, un camión recoge el contenedor y lo lleva al puerto de Barcelona rumbo a su destino.

En el caso de aquella maquinaria de embalar que viaja con medios terrestres, la preparación es algo más sencilla. En este caso, no es necesario colocar sacos de sal, ni aplicar pinturas anticorrosivas ni ponerlo todo dentro del contenedor. Hay que montar las máquinas encima de las plataformas de madera homologadas, sujetarlas correctamente e introducirlas en las cajas de los camiones que las van a transportar.

Cada vez son más las empresas que fabrican productos de medias y grandes dimensiones que toman conciencia sobre el cuidado del medioambiente y apostan por un embalaje de sus productos lo más sostenible posible. Aquellas que lo hacen, encuentran en CMB el aliado perfecto para proteger sus productos, sea para transportarlos o para enviarlos al consumidor final. Los distintos modelos de máquinas de embalar en frío o con calor que ofrece CMB, pueden dar respuesta prácticamente a cualquier necesidad de embalaje.